REINO DE PRUSIA
Reino de Prusia |
El Reino de Prusia, como tal, se
origina tras el establecimiento de los alemanes en la Prusia Oriental a partir
del s. XII. La Prusia Oriental hasta esa época era el único territorio llamado
propiamente Prusia, ya que su nombre derivaba de sus originarios habitantes
prusianos bálticos, no alemanes. Gran parte de los antiguos prusianos bálticos
fueron asimilados solo tras las Cruzadas Bálticas y la Drang nach Osten, se
establecieron las bases (a partir de la Orden Teutónica) del que luego sería el
laico y militarista reino alemán de Prusia con capital en Königsberg.
Tras la Reforma el centro del poder estatal en
Prusia pasó desde el territorio que originalmente llevaba ese nombre (y que
luego empezó a ser llamado entre los alemanes "Prusia Oriental"), a
Brandeburgo con capital en Berlín Bandera de Prusia |
El nuevo Reino de Prusia era muy
pobre —todavía no se había recuperado totalmente de la devastación de la Guerra
de los Treinta Años— y su territorio abarcaba más de 1.200 km², que iba desde
las tierras del Ducado de Prusia, en la costa sureste del mar Báltico, pasaba
por el área central de los Hohenzollern en Brandeburgo y acababa en los
enclaves del Ducado de Cléveris, Condado de Mark y Ravensberg, en Renania. En
1708, aproximadamente un tercio de la población del Ducado de Prusia fue
afectada por la peste bubónica.La peste llegó a Prenzlau en agosto de 1710,
pero desapareció antes de alcanzar la capital, Berlín, que se situaba a sólo 80
km de allí.
La derrota de los suecos por
parte de Rusia, Sajonia, Polonia, Dinamarca-Noruega, Hanóver y Prusia en la Gran
Guerra del Norte (1700-1721) marcó el final del dominio sueco en el litoral sur
del mar Báltico. En el Tratado de Estocolmo pruso-sueco (enero de 1720), Prusia
recuperó Stettin (Szczecin) y otras partes de las posesiones suecas en
Pomerania. Los Hohenzollerns de Brandeburgo habían obtenido la reversión del
Ducado de Pomerania desde 1472 (anteriormente, Pomerania ya había sido anexada
a Brandeburgo-Prusia en 1648 por la Paz de Westfalia).
En 1740, el Rey Federico II
(Federico el Grande) subió al trono. Valiéndose de un supuesto tratado de 1537
(vetado por el emperador Fernando I), por el cual partes de Silesia pasarían a
Brandeburgo tras la extinción de la dinastía Piast, Federico invadió Silesia,
dando inicio a la Guerra de Sucesión Austríaca. Tras la rápida ocupación de
Silesia, Federico ofrecería protección a la Archiduquesa María Teresa de
Austria si la provincia volvía a su dominio. La oferta fue rechazada, pero
Austria encontró otros oponentes y Federico fue lo bastante hábil para
conseguir la cesión formal con el Tratado de Berlín de 1742.
Para sorpresa de muchos, Austria
consiguió anular la ventaja de Prusia en la guerra. En 1744, Federico invade de
nuevo áreas del Imperio para evitar represalias y reivindicar, esta vez, la
provincia de Bohemia. No tuvo éxito, pero la presión francesa sobre el aliado
de Austria, Gran Bretaña, llevó a una serie de tratados y acuerdos que
culminaron en 1748 con la rúbrica del Tratado de Aquisgrán, que restauró la paz
y concedió a Prusia la mayor parte del territorio de Silesia.
Humillada por la cesión de
Silesia, Austria buscó una alianza segura con Francia y Rusia, mientras que
Prusia intentaba aproximarse a Gran Bretaña ("Revolución Diplomática").
Cuando Federico invadió Sajonia y Bohemia durante unos pocos meses de
1756-1757, dio comienzo la Guerra de los Siete Años.
Esta guerra fue una lucha
desesperada para los prusianos, y la forma como la llevaron causó en Europa un
gran respeto por las habilidades del ejército de Federico. Enfrentándose
simultáneamente a Austria, Rusia, Francia y Suecia y teniendo sólo como aliados
a Hanóver (y Gran Bretaña, en lo referente al continente), Federico consiguió
evitar importantes invasiones hasta octubre de 1760, cuando el ejército ruso
ocupó por un corto periodo de tiempo Berlín y Königsberg. Sin embargo, la
situación se fue agravando hasta la muerte de la emperatriz Isabel de Rusia. La
ascensión al trono ruso del simpatizante de las causas prusianas Pedro III
alivió la presión en el frente oriental. Suecia también abandonó la guerra en
esa misma ocasión.
soldados prusianos |
Al derrotar al ejército austríaco
en la Batalla de Kunersdorf y confiando en el continuado éxito británico contra
Francia en el escenario de la guerra colonial, Prusia fue, al fin, capaz de
forzar un statu quo ante bellum en el continente. Este resultado confirmó el
papel principal de Prusia en los Estados alemanes y lo consolidó como una gran
potencia europea. Federico, intimidado por las últimas derrotas de Prusia,
vivió sus últimos días como un gobernante pacífico
POLÍTICA
El Reino de Prusia fue una monarquía
autocrática hasta las Revoluciones de 1848 en los Estados germanos, tras las
cuales Prusia se convirtió en una monarquía constitucional, siendo elegido
Adolf Heinrich von Arnim-Boitzenburg primer ministro. Tras la primera
constitución de Prusia, se formó un parlamento bicameral. La cámara baja o
Landtag fue elegida por todos los contribuyentes de impuestos, que fueron
divididos en tres clases según la cantidad de impuestos pagados. Esto permitió
que sólo un tercio de los votantes eligiesen al 85% de los parlamentarios,
asegurando un mayor predominio de los elementos más prósperos de la población.
La cámara alta, que más tarde se rebautizaría como Herrenhaus ("Casa de
los Lores"), la elegía el rey. Él era el que detentaba la autoridad total
sobre el ejecutivo y los ministros eran sólo de su responsabilidad. Como
consecuencia, la clase de los grandes propietarios de tierras, los junkers,
permaneció intacta, sobre todo en las provincias orientales.
Subdivisiones de Prusia
Las regiones que dieron inicio al
Reino de Prusia fueron el Margraviato de Brandeburgo y el Ducado de Prusia, que
juntas formaban Brandeburgo-Prusia. Pomerania Posterior había sido adquirida
por Prusia en 1648. Sumadas a las conquistas recientes de Suecia en 1720, esta
región pasaría a ser más tarde la provincia de Pomerania. Las adquisiciones
prusianas en las Guerras de Silesia llevaron a la formación de la provincia de
Silesia en 1740.
Cruz prusiana |
Tras la Primera Partición de Polonia
en 1772, la recién anexada Prusia Real y Varmia se habían convertido en la
provincia de Prusia Occidental, mientras que el Ducado de Prusia (junto con
parte de Varmia) habían pasado a conformar la provincia de Prusia Oriental.
Otras anexiones a lo largo del río Noteć (Netze) formaron el Distrito de Netze.
Tras las segunda y tercera particiones (1793-1795), las nuevas adquisiciones
prusianas constituyeron las provincias de Nueva Silesia, Prusia del Sur y Nueva
Prusia Oriental, siendo dividido el Distrito de Netze entre las Prusias
Occidental y del Sur. Finalmente, esas tres provincias fueron perdidas en favor
del Reino del Congreso después del Congreso de Viena en 1815, excepto la parte
occidental de Prusia del Sur, que formaría la provincia de Posen.
Las diez provincias del Reino de
Prusia, después del Congreso de Viena (1815). Los otros Estados miembros de la
Confederación Germánica están mostrados en gris. El Cantón de Neuchâtel, en el
suroeste, estuvo bajo la administración prusiana hasta 1848.
Después de que Prusia hiciese la
mayor parte de sus conquistas, después del Congreso de Viena se habían creado
un total de diez provincias, cada una de ellas subdivididas en regiones
administrativas menores conocidas como Regierungsbezirke. Las provincias eran:
- Brandeburgo
- Prusia Oriental
- Jülich-Cléveris-Berg
- Bajo Rin
- Pomerania
- Posen
- Sajonia
- Silesia
- Prusia Occidental
- Westfalia
Mapa de Prusia |
En 1822, las provincias de
Jülich-Cléveris-Berg y del Bajo Rin se fusionaron para formar la Provincia del
Rin. En 1829, las provincias de Prusia Oriental y Occidental se unieron para
constituir la provincia de Prusia, pero volvieron a separarse en 1878. Los
principados de Hohenzollern-Sigmaringen y Hohenzollern-Hechingen habían sido
anexionados en 1850 y vinieron a formar la Provincia de Hohenzollern.
Después de la victoria de Prusia en
la Guerra Austro-prusiana, los territorios anexados por ésta habían sido
reorganizados en tres nuevas provincias: Hanóver, Hesse-Nassau y
Schleswig-Holstein.
PARTICION DE POLONIA
Por el este y el sur de Prusia,
la República de las Dos Naciones se había ido debilitando gradualmente a lo
largo del siglo XVIII. Preocupado por la creciente influencia rusa en los asuntos
polacos y por una posible expansión del Imperio ruso, Federico participó en la
primera partición de Polonia entre Rusia, Prusia y Austria en 1772 a fin de
mantener el equilibrio de fuerzas. El Reino de Prusia anexionó la mayoría de
las provincias polacas de Prusia Real, incluida Varmia. Las tierras anexadas
habían sido organizadas en el año siguiente como Provincia de Prusia Occidental
(Westpreußen). El nuevo territorio se ligó a Prusia Oriental (Ostpreußen -
territorio anteriormente conocido como Ducado de Prusia) con Pomerania
(Pommern), uniendo entre sí los territorios orientales del reino.
casco de guerraprusiano |
Después de la muerte de Federico
en 1786, su sobrino Federico Guillermo II continuó las particiones, ganando una
gran parte del oeste de Polonia en 1793.
En 1795, deja de existir el Reino
Polaco, y un gran territorio (inclusive Varsovia) al sur de la Prusia Oriental
pasa a ser parte de Prusia. Esos nuevos territorios se organizaron en las
Provincias de Nueva Silesia (Neuschlesien), Prusia del Sur (Südpreußen) y Nueva
Prusia Oriental (Neuostpreußen).
PARTICIPACIÓN DE PRUSIA EN LAS GUERRAS NAPOLEONICAS
En 1806 fue abolido el Sacro
Imperio Romano Germánico como resultado de las victorias de Napoleón Bonaparte
sobre Austria. El título de Kurfürst (Príncipe elector) de Brandeburgo ya no
tenía sentido y se suprimió. Antes de eso, el soberano Hohenzollern había
ostentado muchos títulos, desde el de Jefe de la Iglesia Evangélica hasta el de
Rey, Elector, Gran Duque y Duque de varias regiones y reinos bajo su gobierno.
Después de 1806, era simplemente el Rey de Prusia.
Como consecuencia de la derrota
prusiana en la Batalla de Jena-Auerstedt en 1806, el Rey Federico Guillermo III
fue forzado temporalmente a huir a Memel. Después del Tratado de Tilsit en
1807, Prusia perdió casi la mitad de su territorio, incluidas las tierras
ganadas en las Segunda y Tercera Particiones de Polonia (que ahora se resumía
al Ducado de Varsovia) en las tierras al oeste del río Elba. Lo que quedó del
Reino fue ocupado por las tropas francesas (pagando Prusia todos los gastos de
su manutención) y el Rey estuvo obligado a hacer una alianza con Francia y
adherirse al Bloqueo Continental.
Batalla de Waterloo |
Tras la derrota de Napoleón en
Rusia, Prusia se desvinculó de la alianza y participó del lado de la Sexta
Coalición durante las "Guerras de Liberación" (Befreiungskriege)
contra la ocupación francesa. Las tropas prusianas, bajo el mando del Mariscal
Gebhard Leberecht von Blücher, contribuyeron de forma crucial en la Batalla de
Waterloo de 1815 a la victoria final sobre Napoleón.
ejercito prusiano en pleno combate |
Otto von Bismarck el que hizo posible la unificación alemana |
Medio siglo después del Congreso de
Viena, había un conflicto de ideales dentro de la confederación entre la
formación de una única nación alemana y la conservación de la actual unión de
pequeños Estados. La creación de la Unión Aduanera Germana (Zollverein) en
1834, que excluía a Austria, aumentó la influencia prusiana sobre los Estados
miembros. Como consecuencia de las Revoluciones de 1848, el Parlamento de
Fráncfort ofreció la corona de una Alemania unificada al Rey Federico Guillermo
IV. Éste rehusó la oferta alegando que las asambleas revolucionarias no podían
conceder títulos reales. Pero había otras dos razones por las que la rechazó:
porque no era suficiente para terminar con la lucha interna de poder entre
Austria y Prusia y porque todos los reyes prusianos (hasta aquel momento,
incluyendo a Guillermo I) temían que la formación de un Imperio alemán
significase el fin de la independencia de Prusia.
En 1848, las acciones emprendidas por
Dinamarca contra los ducados de Schleswig y Holstein llevaron a la Primera
Guerra de Schleswig (1848-1851) entre Dinamarca y la Confederación Germánica,
que acabó con la derrota de la primera. No obstante, Prusia fue forzada a
consentir que Dinamarca se quedase con ambos ducados.
En 1862, el Rey Guillermo I eligió a
Otto von Bismarck para que ocupase el cargo de Primer Ministro de Prusia.
Estaba determinado a unir los Estados Germanos bajo el dominio prusiano y, para
ello, llevó a Prusia a tres guerras que culminaron con la conquista de este
objetivo.
La primera de ellas fue la Segunda
Guerra de Schleswig (1864), que Prusia inició y ganó con la ayuda de Austria.
Dinamarca fue derrotada y entregó los ducados de Schleswig y Holstein a Prusia
y Austria, respectivamente.
La administración dividida de
Schleswig y Holstein fue el motivo para la Guerra Austro-prusiana (1866 –
también conocida como la Guerra de las Siete Semanas), en la que Prusia, aliada
con el Reino de Italia y varios Estados germanos del Norte, declararon la
guerra al Imperio austríaco. La coalición comandada por Austria fue derrotada y
algunos Estados germanos (el Reino de Hanóver, el Electorado de Hesse, el
Ducado de Nassau y la Ciudad Libre de Fráncfort) fueron anexionados a Prusia.
Los territorios disputados de Schleswig y Holstein pasaron a estar bajo pleno
dominio prusiano. Gracias a la adquisición de estos territorios fue posible la
unión de los territorios de Renania y Westfalia con el resto del Reino. Fue en
ese momento que Prusia alcanzó su mayor extensión, que mantuvo hasta la
extinción del Reino en 1918.
La Confederación Germánica fue
sustituida en 1867 por la Confederación Alemana del Norte, bajo el dominio de
Prusia, y con alianzas militares con los Estados germanos del Sur (excepto
Austria). La unificación de Alemania Kleindeutschland planeada por Bismarck
estaba muy cerca de concretarse. El Rey Guilllermo estaba determinado a
conquistar el territorio de Austria, aunque Bismarck le convenció para que
abandonase la idea (Bismarck veía en Austria un valioso aliado futuro).
El acto final fue la Guerra
Franco-prusiana (1870), en la que Bismarck forzó al Emperador Napoleón III de
Francia a declarar la guerra contra Prusia. Mediante la activación de las
alianzas alemanas establecidas tras la Guerra Austro-prusiana, los Estados Germanos
se unieron y derrotaron rápidamente a Francia. Esta victoria comandada por
Prusia posibilitó la creación del Imperio alemán, y Guillermo fue proclamado
Káiser Guillermo I el 18 de enero de 1871 (justo 170 años después de la
coronación del primer rey prusiano, Federico I) en la Galería de los Espejos de
Versalles, en los alrededores de París, mientras la capital francesa todavía se
encontraba asediada.
Con el Imperio alemán liderado por
Prusia, Bismarck deseó preservar la paz en Europa y para tal efecto actuó en el
Congreso de Berlín. El nuevo Imperio alemán fortaleció aún más las buenas
relaciones ya existentes con el Reino Unido (el Káiser Federico III se casó con
la hija primogénita de la Reina Victoria del Reino Unido). Sin embargo, todo
cambió con la muerte de Federico III en 1888 (después de sólo 99 días en el
trono) y la ascensión de su hijo de 29 años de edad, Guillermo II. El nuevo
Káiser rompió rápidamente las buenas relaciones con las familias reales
británica y rusa (a pesar de ser íntimo de ellas), convirtiéndose en su rival
y, por último, en su enemigo.
Guillermo II destituyó a Bismarck de
sus funciones en 1890 y puso en marcha una campaña de militarización e
interferencia en la política exterior que produjo el aislamiento de Alemania.
Un análisis incorrecto del conflicto austrohúngaro con Serbia por parte del
Káiser y los precipitados planes de movilización de varias naciones llevaron al
desastre de la Primera Guerra Mundial (1914–1918). Como precio por su retirada
de la guerra, los bolcheviques pasaron el control de grandes regiones del oeste
del Imperio ruso, algunas de ellas fronterizas con Prusia, al Imperio alemán
según los términos del Tratado de Brest-Litovsk (1918). Sin embargo, el dominio
alemán sobre esos territorios sólo duró unos pocos meses a causa de la derrota
sufrida por los efectivos militares alemanes y como consecuencia de la
Revolución Alemana, que provocó la abdicación y el exilio del Káiser.
El Tratado de Versalles, que
consideró a Alemania única responsable de la guerra, se firmó en la Galería de
los Espejos de Versalles, el mismo lugar donde se había creado el Imperio
alemán. Con la abdicación de Guillermo II en 1918, el Reino de Prusia dejó de
existir y fue sustituido por el Estado Libre de Prusia.
Guillermo II, el ultimo Káiser alemán |
Autores:
MILAGRITOS DE FATIMA ACUÑA VILLANUEVA
JORGE LUIS CASTRO VILLACORTA
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